EL NAGUAL Y EL CHAMUCO
.(Leyenda de Chalcatzingo, municipio de Jantetelco, Morelos)
.
Que yo sepa por aquí no hay nada de aparecidos ni de ruidos, pero sí hay otras cosas ―me anticipó el Sr. Ricardo Rey, quien una tarde andaba pastoreando sus animales en Chalcatzingo, municipio de Jantetelco, Morelos―. Mire, yo he andado mucho por todos estos rumbos y nunca me ha tocado nada. Me gusta a mí mucho tirar y luego salgo ya en la tarde al conejo; ando yo por el monte, subo los cerros, pero lo único malo que me ha tocado ver son las víboras porque ni los tejones son malos, ¿eh? Ah, pero eso sí, el chamuco y el nagual sí son cosa de cuidado; son espíritus malos, muy malos.(Leyenda de Homero Adame.)
.
.
Mire, aquí nos ha tocado que el nagual anda convertido en perro. Hace poquito ―era un martes―, como a eso de las doce de la noche que oigo un ladrido muy feo y que salgo a ver qué era. No’mbre, era un perrote pero feo de a tiro; no era un perro de acá porque uno los conoce a todos. No, ése era un nagual. Le digo, salí yo a ver qué era y se vinieron mis perros también ―cuatro perros tengo―. La luna estaba brillante y se veía así como de día. No’mbre, que veo yo a ese perrote y que le tiro una pedrada y que los perros míos como que quisieron aventársele, pero, mire usted, no va a creer que nomás se le acercaron y que corren los cuatro bien asustados y se vinieron acá detrás de mí. Era un perrote blanco y alcancé a mirar que sus ojos eran como de tizón prendido, rojos, rojos. Pero los vi yo de reojo porque el nagual nunca te da los ojos, nunca te mira de frente, pero como esa noche estaba la luna brillante y cuando mis perros se le aventaron entonces miré yo como que sus ojos de él eran como tizón y por eso supe que era el nagual. .
.
La otra cosa es el chamuco. Aquí sabemos que sale allá por aquellos cerros y se ve como una lamparota. Es así como un bulto de luz y dice cosas, pero no se le entiende lo que dice. Quién sabe, pienso yo que ahí donde sale ha de tener la entrada al infierno, en una cueva que nadie conoce nomás que él. (Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.)